miércoles, 19 de mayo de 2010

Reflexiones sobre el Desarrollo Sostenible

Lo primero es que TODOS los sistemas vivos presentan niveles de complejidad superiores a los del entorno, eso quiere decir que de alguna manera manera desafían la segunda ley de la termodinámica (todo tiende a la entropía, al nivel más bajo de energía); así pues, la pregunta desde la ciencia misma es ¿cómo es posible la vida si, aparentemente, contradice una de las leyes fundamentales de la física?

Lo que se ha visto entonces, es que los sistemas vivos son sólo constituyentes o partes de un sistema mayor que los contiene, y que es la energía de ese sistema la que disminuye constantemente, así haya algunos elementos constitutivos que la incrementen (los sistemas vivos); esto implica que los sistemas vivos requieren obtener la energía de alguna parte, del medio. Así, la vida es posible solo a costa del entorno que la engendra.

Quiero ser enfática: ¡Todos los sistemas vivos afectan el ambiente en el que viven y lo agotan!

La pregunta entonces a formularse es ¿por qué solo ahora parece
evidente este agotamiento, si la vida lleva cerca de 3500 millones de años en la tierra? ¿Qué quiere decir que se agote el ambiente?

Hace miles de millones de años, la tierra era gobernada por seres anaeróbicos y el oxígeno era poco menos que el peor de los venenos imaginable... con el tiempo fueron apareciendo organismos capaces de aprovecharlo y rápidamente la atmósfera de todo el planeta pasó de totalmente anaerobia a totalmente aerobia. Seguramente, si esos seres anaeróbicos primitivos hubieran "reflexionado" sobre su ambiente, estarían hablando en términos semejantes a los que usamos hoy.

Con esto quiero decir que el agotamiento de nuestro planeta es un asunto que afecta masivamente a las especies dominantes, pero que la vida es impermanente y cambiante (evoluciona), y que cuando decimos que matamos al planeta, lo correcto y justo es decir que nos vamos a extinguir nosotros... la tierra continuará después de nosotros, así como existió antes de nosotros.

No estoy de acuerdo en usar indistintamente las jerarquías de humanidad, Tierra y vida.

Prosigo dejando en claro que, entonces, cuando se habla de sostenibilidad o insostenibilidad se habla de la especie Hommo sapiens spp. sapiens y no de la vida per se (aunque hay muchos en la misma fila de extinción).

Es mucho lo que se ha discutido sobre el agotamiento del ecosistema y casi todo se relaciona con efectos antrópicos... seguramente porque lo que medimos son las condiciones adecuadas para nuestra propia vida y que razonablemente se han ido agotando en la medida en que la población crece y sobrepasa el límite de carga del ecosistema.

El hombre lleva unos 10mil años y sólo en el último siglo se ha percibido la devastación exponencial del ambiente. Casualmente ha sido el mismo lapso del florecimiento de la revolución industrial, el mejor entendimiento del entorno gracias a los avances en las ciencias y su aplicación tecnológica, lo que nos ha llevado a doblar la expectativa de vida de la población mundial en sólo 100 años.

Todo eso suena evitable, pero yo me pregunto, ¿cuántos de nosotros, honestamente, preferiríamos morir a los 40 o que nuestros familiares llegaran sólo hasta esa edad?, ¿cuántos de nosotros estamos dispuestos a no tener hijos o a limitarnos a máximo 1 para contrarrestar la explosión poblacional?, ¿cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a dejar la tecnología "automática"? ¿cuántos de nosotros, puestos en el contexto de las decisiones que nos han traído hasta aquí, hubiésemos actuado diferente?

La vida conquista, evoluciona y transforma todos los ambientes. No hay tal cosa como un desarrollo sostenible.

La primera vez que se usaron estas palabras mágicas, desarrollo sostenible, fue en 1987 en la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, creada en 1983, y se definió en ese momento de la siguiente manera:
"El desarrollo sostenible puede ser definido como un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades". (Centro de información de las Naciones Unidas http://www.cinu.org.mx/temas/des_sost.htm)

¿Qué quiere decir eso? ¿que vamos a dejar de afectar el ambiente? ¿acaso se trata de un genocidio? ¿especiecidio?
Además, cuando se da esta definición como una meta, no hay medidas que ataquen seriamente el problema... todos queremos más. Más salud, más y mejor alimento, más "calidad de vida", etc. Ahora bien, cuando un país o continente logra convencer a su pueblo de que no se reproduzca (caso específico de Europa), su población envejece y deja de trabajar, no hay fuerza de trabajo que lo sostenga, el país se quiebra y de seguro llegan otros pueblos a poblarlo... eso no es un fenómeno humano, es un fenómeno natural, y si no, que lo digan los expertos... ¿qué pasa cuando se acaba un bosque y se "desocupa" un espacio? ¿queda vació para siempre? La respuesta es NO.

Yo creo que hay cambios culturales que pueden contribuir a bajar la carga al planeta, pero que son esos cambios precisamente los más difíciles de dar. Reciclar no es tanto un cambio cultural como económico, y en realidad no ayuda demasiado, por ejemplo, se gasta muchísima más agua y energía reciclando el papel que criando el bosque para hacer papel nuevo.

Entre esos cambios posibles están los que corresponden a nuestro deseo insaciable, relacionado con la poca disciplina espiritual, no nos enseñan a estar satisfechos ni agradecidos con lo que es y existe. Nuestra necesidad de acumulación, tan primitiva como la humanidad misma, impone una presión extrema sobre el ambiente. Tal vez ese sea un camino... un paliativo al agotamiento, pero mientras se mantengan las mismas prácticas de consumo no hay nada que pueda considerarse como desarrollo ni como atenuante ni mucho menos sostenible.

Mientras tanto, pues es chévere que practiquemos la austeridad y la mesura...

Aparte, les recomiendo esta lectura: http://zenhabits.net/tao-of-productivity/

viernes, 25 de septiembre de 2009

Bienvenida






Dechado proviene del latín dictátum, que significa dictado, precepto o enseñanza.




La verdad es que fue por mi abuelita que aprendí esa palabra, ella me enseñaba a tejer y dejaba para mi un mostrario de puntadas que yo podría imitar, es decir, me dejaba un dechado de costura. Luego, entendí a lo que mis papás se referían cuando hablaban de "dechado de virtudes" refiriéndose a personas cálidas y admirables.

Así pues, la idea de este espacio es llevar un registro de las cosas que voy encontrando admirables en mi vida diaria, y de las cosas que quiero vivir y aprender. Es posible que escriba también sobre eventualidades menos deseables, pues las definiciones por antonomasia son igualmente válidas y realmente creo que son una fuente riquísima de emociones e ideas.

Finalmente, también pretende ser un ejercicio para auto-disciplinarme.

Sean bienvenidos!